miércoles, 18 de mayo de 2016

CASTILLA nº 15 Informativo Comunidad Castellana enero-febrero 1982

CASTILLA nº 15
Informativo Comunidad Castellana enero-febrero 1982

CASTILLA nº 14 Informativo Comunidad Castellana octubre-noviembre 1981


CASTILLA nº 14

Informativo Comunidad Castellana octubre-noviembre 1981


Dinero y libertad (Juan Manuel de Prada)

Juan Manuel de Prada

Dinero y libertad


En un pasaje particularmente luminoso de su obra, Leonardo Castellani vincula directamente la obsesión de la libertad propia de nuestra época con la hegemonía alcanzada por las fuerzas económicas descontroladas. Señala el gran escritor argentino que esta obsesión por la libertad habría logrado mantener a las masas enzarzadas como monos que se disputan en una jaula una damajuana de aguardiente, mientras el Dinero se dedicaba tan pichi a hacer de las suyas, actuando discrecionalmente, sin vigilancias ni cortapisas. Castellani, en definitiva, nos propone que toda esa olimpiada de derechos y libertades que saboreamos como si fuesen una golosina no serían sino cebos (¡y placebos!) que el Dinero nos arroja para mantenernos entretenidos, como se arrojan algarrobas a los puercos, mientras el Dinero se concentra y multiplica en unas pocas manos, mientras circula libremente con destino a paraísos fiscales, mientras asegura su intangibilidad (e impunidad) mediante entelequias jurídicas.
Se trata de una tesis extraordinariamente sugestiva. Si volvemos la vista atrás, descubriremos que la 'espiritualización' del Dinero (esto es, el momento en que deja de ser un símbolo que representa el valor de los bienes, para convertirse en una niebla de las finanzas, desligada de los bienes que en principio representaba) coincide en el tiempo con el ocaso de la libertad como medio concreto para alcanzar un fin concreto y su sustitución por una libertad abstracta que es un fin en sí misma y enardece a las masas con ideales utópicos, enzarzándolas en una demogresca aturdidora y esterilizante. Las libertades antiguas estaban ligadas a los oficios de las gentes, a la tierra que les brindaba sustento, a la defensa de sus familias y sus formas de vida. La libertad abstracta llenó a las gentes la cabeza de ideas mentecatas y exaltantes que, a la vez que les impedían mantener los pies en el suelo (obligándolas a abandonar su oficio, su tierra y su familia), las ensoberbecían de tal modo que ya nunca volvieron a elevar la vista al cielo, pues su única religión a partir de entonces fueron los sucesivos reclamos que la libertad abstracta les suministraba. Y, mientras estas gentes que se habían quedado sin tierra, sin oficio y sin familia se entretenían, absortas en sus desdichados ideales utópicos, el Dinero se dedicó a completar el despojo, sabiendo que sus latrocinios pasarían inadvertidos; y, si en alguna ocasión tales latrocinios resultaban demasiado ostentosos, el Dinero auspició nuevas declaraciones de derechos y libertades, o 'amplió' las ya existentes, de tal manera que la golosina que garantizaba su hegemonía adquiriese una mayor variedad, hasta convertirse en una fastuosa tienda de chuches.
Y así el Dinero inventó una forma fantasmática de reproducción que le permitía multiplicarse exponencialmente, mediante birlibirloques bursátiles y sistemas bancarios de reserva fraccionaria. Con la particularidad de que, cada vez que ese Dinero fantasmático quería hacerse corpóreo, tenía que esquilmar los bienes reales, sangrando a las pobres gentes que ni siquiera se percataban del latrocinio, porque seguían en su jaula, disputando como monos. El Dinero inventó también el abuso de la persona jurídica y el principio de responsabilidad limitada, que quebraba los conceptos tradicionales de propiedad y sociedad, ligados indisolublemente a la responsabilidad personal de sus titulares, para propiciar la conversión de la propiedad en un ente con vida propia que, mientras crece, reparte beneficios, pero que cuando se declara en quiebra deja a salvo el patrimonio de sus titulares. El Dinero, en fin, inventó la libertad de circulación de capitales, que le permitía -a la vez que daba cínicamente lecciones de patriotismo a los monos de la jaula- abandonar como una rata el barco que se hundía, escapar a la vigilancia del fisco, emboscarse detrás de testaferros, crear sociedades offshore en paraísos fiscales, fundirse en una niebla de las finanzas indiscernible.
Y todo ello mientras los monos en la jaula pedíamos chillones que nos diesen más libertad de expresión, o más derechos de bragueta. Y el Dinero, del mismo modo que en otro tiempo les dio periódicos (que él mismo financiaba) y aborto a granel (que le permitía pagar sueldos miserables, pues a menor descendencia menos ímpetu en la lucha por un sueldo digno), hoy nos da Twitter y cambio de sexo, para que nos desfoguemos en la cochiquera virtual (que el Dinero ha aderezado muy lindamente, como quien adereza un jardín de infancia) y nos refocilemos sin peligro de multiplicación. Porque la única multiplicación que el Dinero ve con buenos ojos es la propia; a los monos siempre nos quedará el consuelo de emborracharnos de libertad.

Monedero a Actuall: “Podemos no es el 15-M, pero sería imposible sin él”

Monedero a Actuall: “Podemos no es el 15-M, pero sería imposible sin él”

Cuando se cumplen cinco años del 15-M, germen de los nuevos populismos, Actuall ha conseguido hablar con uno de los mentores intelectuales de Podemos. Analiza aquel movimiento y señala que el espíritu inicial del movimiento rechazaba la creación de un partido. Entonces, ¿cómo fue posible su absorción?
La Puerta del Sol durante el 15-M / EFE
El profesor de Ciencias Políticas Juan Carlos Monedero se dejó ver en el kilómetro cero de la revolución junto a muchos de los que luego participarían en la creación de Podemos. Era 2011 y nadie -ni siquiera él- podría imaginar que aquello desembocaría en un partido que cinco años después tiene serias aspiraciones de llegar al poder.
Monedero sostiene que nada de lo que hoy ocurre en el tablero político español se puede explicar sin lo que sucedió en la Puerta del Sol durante aquel mes de mayo. “Podemos no es el 15-M, pero sería imposible sin el 15-M. Ese movimiento expresó el agotamiento de la democracia representativa y de la economía neoliberal. Faltaba colocar todo ese vapor hirviendo en una caldera que pudiera hacerse cargo de la voluntad de cambio. No había certeza de que funcionase”, declara a Actuall.

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Monedero, que hace un año fue apartado por Pablo Iglesias de la primera línea del partido, es quizá la persona más decisiva en la transición del 15-M a Podemos. “Tiramos una piedra en el estanque y las aguas empezaron a moverse”, reflexiona-. “Llegaron a la orilla y regresaron. Nada es igual en la política española después del 15-M. Queda por ver si esa gran conversación puede reinventar la política democrática en el siglo XXI. Yo estoy convencido de que solamente con ese impulso vamos a ser capaces de hacerlo”.
El profesor de Ciencias Políticas, Juan Carlos Monedero, en la Puerta del Sol durante el 15-M / FDV
El profesor de Ciencias Políticas, Juan Carlos Monedero, en la Puerta del Sol durante el 15-M / FDV
A casi 2.000 kilómetros de allí, Javier, un estudiante de periodismo que apuraba su beca Erasmus, el 15-M le sorprendió en Berlín. Un día se enteró a través de las redes sociales de que había una manifestación de “españoles indignados” para protestar contra la situación política. Ese día los españoles faltaron a clase pero no a la protesta: una cacerolada ante la embajada española.
Apenas 10 ó 15 personas se presentaron a las primeras concentraciones, pero la llama prendió rápido. Lo primero, buscar un nombre: ‘Demokratie Jetzt‘ (Democracia Real Ya), y más tarde dotar de una mínima estructura a la organización. “Hicimos una sentada y nos dividimos en grupos -comunicación, economía, política, etc- para empezar a trabajar y sentar las bases para volver a vernos”, recuerda Javier, que se convirtió en el responsable de prensa del 15-M en Berlín.
Los indignados en la Puerta del Sol en mayo de 2011 / EFE
Los indignados en la Puerta del Sol en mayo de 2011 / EFE
La prensa alemana se interesó por ello y se acercó a la sentada en la que pudieron leer pancartas muy similares a las que se lucían aquellos días en la Puerta del Sol de Madrid: “Otro mundo es posible”, “Error de sistema”, “Poco pan para tanto chorizo”, “Si votar sirviera para algo, estaría prohibido”, o “Ladronazos, basta ya de bipartidismo”.
Al día siguiente los jóvenes se desayunaron una agradable sorpresa: la protesta aparecía en los principales rotativos germanos: Tageszeitung tituló con la cita “No tenemos futuro”; el Frankfurter Allgemeine Zeitung, con “contra el Gobierno, la oposición y los bancos”, y Spiegel, quizá el que recogió con más acierto el espíritu de la protesta, publicó un reportaje en su versión digital bajo el titular: “La miseria laboral lleva a la juventud española a la calle”.

Sexo libre, ‘no’ a la banca, ‘no’ al ejército, casas gratis…

El eco mediático que adquirió esta manifestación demostró dos cosas: que el 15-M había nacido con vocación internacionalista y que los indignados de Sol habían tejido -con éxito- en poco tiempo una red en las principales capitales europeas.
Pero una vez lanzado el mensaje de indignación contra las élites españolas, había preguntas por responder: ¿qué rumbo ideológico tomaría el movimiento? ¿había que mantener el modelo asambleario o era mejor mutar en un sistema jerarquizado con un líder visible?
La incapacidad para prescindir del carácter asambleario fue lo que acabaría condenando al movimiento. En Berlín llegó a los 400 integrantes, pero Javier torció el gesto cuando escuchó algunas de las propuestas: no a la banca, no al ejército, sexo libre, casas gratis… “Las asambleas comenzaron a desmadrarse: hablaban sirios, alemanes… allí se acercaba todo el mundo; poco a poco la extrema izquierda se fue haciendo con el movimiento”.
Una asamblea del 15-M reunida en la Puerta del Sol / EFE
Una asamblea del 15-M reunida en la Puerta del Sol / EFE
Poco a poco la fuerza del cambio político que comenzó en la Puerta del Sol tomaba un rumbo diferente al original, y él no fue el único en percatarse de esta deriva. “Decían que tener portavoces iba en contra del asamblearismo, todo el mundo quería hacer de todo. No querían jerarquía, todos hablaban y votaban sobre cualquier cosa”, recuerda.
Javier, el responsable de prensa en Berlín, dejó el 15-M tras los abucheos que sufrió cuando pronunció un discurso en el que apelaba a la unidad de España
La situación de Javier se complicó de verdad cuando pronunció un discurso apelando a la unidad nacional y a la herencia histórica común. Un murmullo recorrió el corro en el que se habían reunido ese día. Había nutrida presencia de independentistas.
El responsable de prensa vio comprometida su situación, así que propuso votar sobre su continuidad. Aunque el  resultado fue favorable, Javier decidió marcharse porque ya no sentía el respaldo de todos.

De la sentada en Sol a ‘Rodea el Congreso’

La opinión más generalizada es que el 15-M fue el germen de Podemos, aunque no es del todo cierto. O al menos es inexacto. El espíritu inicial del movimiento rechazaba la creación de un partido. “Queríamos hacer un manifiesto serio, pero mucha gente estaba en contra porque decían que sentar los puntos de una revolución mataba la revolución”, explica Javier.
Es ahí cuando aparece el sentido de la oportunidad de Pablo Iglesias. De él y de los que años más tarde impulsarían Podemos. Juan Carlos Monedero, Íñigo Errejón o Miguel Urbán, de Izquierda Anticapitalista, fueron a pescar en las aguas revueltas de la Puerta del Sol. El objetivo: redirigir esa fuerza en beneficio propio, es decir, encauzar la indignación transversal e ingenua hacia unas posiciones políticas muy concretas.
Todos los fundadores de Podemos se dejaron ver por la Puerta del Sol: Pablo Iglesias, Miguel Urbán, Juan Carlos Monedero, Íñigo Errejón…
Hay una escena muy reveladora de aquel mes de mayo de 2011: Miguel Urbán es entrevistado por Pablo Iglesias -como reportero de La Tuerka- en la Puerta del Sol. “¿Cuál es el siguiente paso a dar?”, le pregunta el profesor de Ciencias Políticas. “El siguiente paso es más organización, sobre todo por abajo, mayor coordinación, y empezar a responder a la teoría del shock que nos están metiendo cada viernes desde el consejo de ministros: hay que responder a eso, hay que preparar movilizaciones…”.
Manifestación 'Rodea el Congreso' / EFE
Manifestación ‘Rodea el Congreso’ / EFE
Este último punto resultaría esencial, porque un año después la masa indignada celebraría una multitudinaria manifestación apadrinada por la extrema izquierda bajo el nombre de “Rodea el Congreso“. Ahí ya se percibe la grieta entre el movimiento original 15-M y los grupos radicales de izquierda: Coordinadora 26-S, Bukaneros, Bloque Antifascista de Madrid, Izquierda Castellana… La policía tuvo que emplearse a fondo para mantener el orden en la calle.
“Para la extrema izquierda el 15-M fue una suerte de gimnasia revolucionaria; lo propiciaron quienes formaron Podemos y se aprovecharon para absorver la confluencia”, dice Fernando Paz
El historiador Fernando Paz, como Monedero, cree que no es posible entender un fenómeno sin el otro. “El 15-M fue el origen más inmediato. Para ellos fue una suerte de gimnasia revolucionaria; por un lado lo propiciaron los mismos que luego formaron Podemos y por otro se aprovecharon de la confluencia de mucha gente en dicho movimiento y la absorbieron para Podemos. Se dieron cuenta de las posibilidades de la extrema izquierda al cambiar el discurso dogmático por el populismo“, declara a Actuall.
Paz no tuvo dudas de que la extrema izquierda acabaría neutralizando el movimiento. “En primer lugar, porque estaba en su génesis; y en su segundo lugar, porque por razones de cultura política y estructura social, la protesta en España se inclina hacia esa dirección”.
Cinco años después, el tsunami que amenazaba con arrasar a la clase política y que hizo temblar los pilares del sistema nacido en 1978, es hoy una pieza de museo que Podemos sacará a relucir cuando convenga, igual que hacía Franco con los falangistas. O sea, la coartada del sistema.

Licenciado en periodismo por la Universidad CEU San Pablo de Madrid. Tomó la alternativa en Intereconomía -semanario Alba, La Gaceta, Los Últimos de Filipinas, Dando Caña, 12 Hombres sin vergüenza- de la mano de Gonzalo Altozano y Kiko Méndez-Monasterio, de los que aprendió incluso algo de periodismo. Más tarde escribió para los digitales La Información y Periodista Digital. Viajó a Irak antes que a Roma, le apasionan la Historia y la tauromaquia. Nazareno de Sevilla.