viernes, 17 de octubre de 2014

LA IMPACTANTE RELACIÓN ENTRE EL ÉBOLA Y EL VUELO MH-17 DERRIBADO SOBRE UCRANIA


LA IMPACTANTE RELACIÓN ENTRE EL ÉBOLA Y EL VUELO MH-17 DERRIBADO SOBRE UCRANIA


 




glenn thomas mh17

Cada vez parecen encajar más piezas en este diabólico puzzle.

Glenn Thomas, consultor de la OMS en Ginebra, experto en sida y, sobre todo, experto en el virus del Ébola, volaba a bordo del Boeing 777 de Malaysia Airlines (el vuelo MH-17), abatido sobre Ucrania este julio de 2014.

Glenn Thomas era uno de los portavoces de la OMS y estuvo involucrado en una serie de investigaciones acerca de las operaciones de prueba con el virus del Ébola en el laboratorio de armas biológicas en el hospital de Kenema, Sierra Leona.

Universidad de Tulane

Universidad de Tulane

Este laboratorio estaba asociado con la Universidad de Tulane, en Nueva Orleans y colaboraba también con el Instituto de Investigación Médica de Enfermedades Infecciosas del Ejército de EEUU (US Army Medical Research Institute of Infectious Disease)

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Recordemos también que en dicho laboratorio trabajaba el doctor Shiekh Humar Khan, el máximo experto en Ébola de Sierra Leona y considerado un héroe nacional por su lucha contra la enfermedad y que murió el pasado 29 de julio tras ser infectado por el virus.

Shiekh Humar Khan

Shiekh Humar Khan

Ahora que este laboratorio ha sido clausurado por orden del Gobierno de Sierra Leona, emergen detalles sobre los posibles intereses que se ocultan tras su gestión.

Bill y Melinda Gates tienen conexiones con el laboratorio de armas biológicas ubicado en Kenema, y ahora, después de la apertura de una investigación informal, aparece también el nombre de George Soros, que a través de su Fundación, estaría financiando estos laboratorios de armas biológicas.

Glenn Thomas

Glenn Thomas

Glenn Thomas era consciente de las evidencias que demostraban que el laboratorio había manipulado diagnosticos para que dieran positivo para el Ébola (en nombre de la Universidad de Tulane), con el fin de justificar la aplicación de un tratamiento médico obligatorio sobre la población. El objetivo final de esta maniobra sería aplicar una vacuna experimental contra el Ébola que, de hecho, infectaría con el virus a los pacientes.

Glenn Thomas se había negado a participar en este encubrimiento y esa podría ser la razón por la que Glenn Thomas habría sido asesinado (Nota: suponemos que el derribo de dicho avión uniría diversos intereses en diferentes asuntos, algo así como una oportunidad para “matar varios pájaros de un tiro”)

Los medios de comunicación oficiales nunca han informado sobre la presencia del laboratorio de armas biológicas en Kenema, y mucho menos de la disposición de cerrarlo con el fin de detener las pruebas con el Ébola por parte de la Universidad de Tulane.

Geroge Soros

Geroge Soros

El multimillonario George Soros, a través de la Fundación Soros Open Society, ha invertido significativamente y durante muchos años en el ahora conocido como el “triángulo de la muerte del Ébola” formado por Sierra Leona, Liberia y Guinea.

Por lo tanto, Soros sería uno de los principales interesados en acabar con la vida del portavoz de la OMS Glenn Thomas, con el fin de impedir que se propagara a través de los canales oficiales la noticia de que el brote de Ébola fue creado realmente en un laboratorio de armamento biológico.

Esto coincidiría con las denuncias de la población local, que acusaron al centro médico de Kenema de expandir artificialmente el virus, hasta el punto de atacarlo durante el verano, hecho que condujo al Ministerio de Salud de Sierra Leona a cerrarlo el pasado 23 de julio.

Quizás nunca lleguemos a conocer la verdad sobre el asunto, pero cada vez está más claro que todo lo referente al Ébola es uno de los asuntos más sucios y tenebrosos de los últimos tiempos…

Publicado por Alessandra Zavatta en Appunti Italiani

fuentes:




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En defensa de los bienes comunales


eldiario.es

La Meseta

En defensa de los bienes comunales

Cuando las administraciones públicas y regionales siguen enredadas en la pasividad burocrática y en el manejo mezquino y caciquil del poder, es hora ya de que los habitantes del medio rural retomen su propio protagonismo en defensa de sus bienes públicos y concejiles.

En Castilla y León, al menos 2.127.000 de hectáreas están consideradas como superficie catastral colectiva, concentrándose en los Ayuntamientos o en las Juntas Vecinales y compartiéndose su gestión con el Estado, o más bien con las Comunidades Autónomas

En las circunstancias actuales necesitamos repensar su integración en la vida del medio rural y en un desarrollo sensato. No pueden quedar al albur de los intereses más lejanos y privatizadores.

Valentín Cabero. Catedrático jubilado Universidad de Salamanca



Volvemos a detener nuestra mirada en el mundo rural. Y lo hacemos con apasionada y honda preocupación. Cuando la crisis no ha remontado ni un ápice y nos sigue mostrando la caras cínicas de los corruptos y la podredumbre de la ciénaga política. Cuando la espada de Damocles de la Ley de racionalización y sostenibilidad de la administración local sigue amenazando sin piedad al mundo rural y a sus derechos civiles y patrimoniales. Cuando lo común y lo público han quedado pulverizados por el pensamiento tecnocrático y neoliberal que nos controla desde el poder financiero y político. Cuando las administraciones públicas y regionales siguen enredadas en la pasividad burocrática y en el manejo mezquino y caciquil del poder, es hora ya de que los habitantes del medio rural retomen su propio protagonismo en defensa de sus bienes públicos y concejiles. Es una responsabilidad que no deben y pueden orillar por más tiempo.

También los habitantes de la ciudad y la numerosa población vinculada a nuestro medio rural deberían sentirse implicadas honrada y solidariamente en la defensa de estos bienes comunes, a no ser que formen parte de esas cuadrillas de depredadores que han pretendido convertir a todas nuestras dehesas boyales en suelo urbanizado. Muchos de ellos se disfrazan ahora en amantes de la naturaleza y nos hablan con palabras hueras y oportunistas de “tierra de sabor”.

El 26 de septiembre, se presentó en el Real Jardín Botánico (C.S.I.C.) la Declaración de Valdeavellano de Tera (Soria) por la Defensa de los Usos Comunales en España, firmada por un amplio grupo de asociaciones, plataformas y fundaciones, estableciendo un decálogo de principios fundamentales a favor del reconocimiento de este patrimonio económico, social ambiental y cultural existente en nuestro país. En la base de esta declaración se encuentra el entusiasmo y empeño de muchos habitantes y asociaciones rurales comprometidas con los recursos y vida de los montes, con el buen manejo de los pastos o con la conservación de las tierras comunales que apenas hace medio siglo salvaron del hambre más cruel a muchas familias en las montañas galaico-leonesas, en la raya con Portugal, en las sierras ibérico-sorianas o en tantos lugares que el viento del éxodo rural ha dejado vacíos y sin fuerzas vitales. Los depredadores, los nuevos “agricultores de sofá” y las oligarquías financieras siguen al acecho de estos bienes comunes.

En Castilla y León, al menos 2.127.000 de hectáreas están consideradas como superficie catastral colectiva, concentrándose en los Ayuntamientos o en las Juntas Vecinales y compartiéndose su gestión con el Estado, o más bien con las Comunidades Autónomas (Montes de Utilidad Pública, sobre todo). Aunque tenemos testimonios bien representativos en todas las provincias, sobresalen los bienes públicos y comunales en las provincias de León, Burgos, Soria y Zamora. Aunque infrautilizados, ahí siguen como verdaderas “joyas de montaña” (M. Rodríguez Pascual) los puertos de merinas o “puertos pirenaícos”, configurando desde hace siglos extensas superficies de espacios comunales bien representativos de un quehacer ganadero secular y sostenible.

En las circunstancias actuales necesitamos repensar su integración en la vida del medio rural y en un desarrollo sensato. No pueden quedar al albur de los intereses más lejanos y privatizadores. Precisamente la FAO, por un lado, y la propia ONU, por otro, ante el fracaso de las garantías alimentarias a escala global y de las sucesivas frustraciones de las cumbres ante el cambio climático, ven en los recursos públicos y comunales una verdadera alternativa para frenar y detener los desmanes medioambientales y afrontar con inteligencia agroecológica y sentido común el futuro. Así, pues, la gestión de los comunales a escala local y regional se presenta como un reto apasionante que compromete a toda la sociedad. Ni los actuales instrumentos políticos están preparados para afrontarlo, ni las directrices productivistas y tecnocráticas de la PAC son el camino. En la defensa de este legado histórico y patrimonial todos estamos implicados, comenzando por la sensibilidad y sensatez de los poderes públicos y dando protagonismo a la cultura campesina, pues buena parte de nuestro futuro (medioambiental, agroganadero y forestal, cultural, social…) descansa en estos bienes, si sabemos conservar y optimizar sus recursos con armonía y solidaridad.