martes, 11 de junio de 2013

Carta: Por la Castilla Total (Claudio Sánchez Albornoz) y respuesta ( Comunidad Castellana)


Por la Castilla Total

 

 

Ha llegado la hora de defendernos unidos, castellanos y leoneses, de un nuevo tremendo peligro. Unidos sobreviviremos; separados, seremos piltrafas de las comunidades autónomas: Cataluña, Euskadi y Galicia. Las ocho provincias andaluzas, asunto otrora de diversos reinos y mucho más diferenciadas que las de León y Castilla, han sabido unirse. Sólo León y Castilla pesaremos en la España en formación.

 

Depongan egoísmos y ambiciones personales. Déjense de hacer lucubraciones históricas. La meseta del Duero constituye una unidad. Únanse todos los leoneses y castellanos. Formen un frente cerrado y poderoso para constituir una región autónoma, que pueda defenderse de los zarpazos de los demás y mirar el porvenir con esperanza. Si por mí fuera constituiriamos una unidad desde el Cantábrico a Andalucía. Pero todos quieren ahora ser cabeza de ratón. Están intentando organizar una región autónoma: La Mancha.

¿Seremos castellanos y leoneses tan cretinos que no sepamos formar una fuerza que no pese en España? Nuestros hijos y nuestros nietos nos maldecirán si por ambiciones personales siempre bastardas, dejamos pasar la coyuntura actual.

Me acerco a los ochenta y ocho años. No tengo otra ambición que contribuir a la gloria de España y de nuestra tierra castellanoleonesa que hizo a España. Unidos, adelante. Maldición para los que se opongan a esta unión de los hermanos de León y de Castilla.

Claudio Sánchez Albornoz
 
 
Respuesta
 
 

LA CARTA DE DON CLAUDIO


 

Ciertos grupos y medios partidarios activos del ente ,<castellano-leonés» han venido agitando la carta que don Claudio Sánchez Albornoz ha dirigido a don Francisco Iglesias Carreño, secretario general del Partido Regionalista del País Leonés, abogando por el conglomerado de «Castilla y León».  Carta que se utiliza -para eso se ha escrito y se ha difundido, incluso antes de que llegara a su destinatario- como arma arrojadiza contra los que, por declararnos sencillamente castellanos, no somos afectos a esa entidad inventada, castellano-leonesa, que desconoce la diferente identidad de dos grandes pueblos: el de León y el de Castilla.

 

Con todos los respetos al señor Sánchez Albornoz, su escrito nos parece deplorable.  No se trata de oponerse o no a la unión «de los hermanos de León y Castilla».  Don Claudio, muy cristiano él, maldice a los que se opongan a esa unión.  Pero no es eso.  Nosotros nos sentimos fraternalmente unidos a los leoneses, y también, ni más ni menos, a los vascos, a los catalanes, a los gallegos, a los aragoneses, a los andaluces. y en una palabra, a todos los pueblos de España.  Castilla está en España; es parte de la nación española, de la patria común de todos, y en Comunidad Castellana nos sentimos identificados y solidarios con todos los españoles.

 

La cuestión es organizar razonablemente, sin prisas, con orden y concierto, las regiones de España.  Atendiendo, como señala la Constitución, a sus factores comunes de carácter histórico, cultural y económico: por este orden.

 

Nosotros pensamos -en este sentido- que León es una región y Castilla es otra.  Así de sencillo.  En una España que -a pesar de lo que dice, con gravísimo y pernicioso error, el señor Sánchez Albornoz, no la ha hecho sólo Castilla, ni es Castilla su entidad más importante y significativa.  España es la obra, la empresa común de todos sus pueblos, que han forjado la nación española a lo largo de los siglos, en ese proceso de esfuerzos, sacrificios, glorias y servidumbres que es la historia de todos los españoles.

 

Si España fura hechura sólo de Castilla -como afirma el señor Sánchez Albornoz-, ¿qué harían en España, en una casa ajena, los otros pueblos no castellanos?  Tan dañosos como los separatistas, o más, son «los separadores»: los que marginan a los pueblos españoles periféricos, a los que afirman su propia personalidad dentro del concierto español.

 

Olvidemos definitivamente -por contraria a la realidad y al supremo interés de la articulación armoniosa, solidaria y fecunda de España- la falsa concepción imperial de Castilla, supuesta hacedora de España.  España es cosa de todos; y en esta hora del regionalismo, los castellanos -los de la modesta región o pueblo castellano, no de la Corona de Castilla, que llegaba hasta el Nuevo Mundo- no tenemos que defendernos de ningún «tremendo peligro» para no ser «piltrafas de las comunidades autónomas: Cataluña, Euzcadi  y Galicia».

 

No es eso, don Claudio.  Cuidado con la xenofobia.  No se trata de que hayamos de unirnos con los leoneses para pelearnos con catalanes, vascos y gallegos.  No quiera usted resucitar la imperial Corona de Castilla y León, convertida en <España propiamente dicha», para meter en cintura a los «díscolos, pueblos periféricos.

 

España es algo más hermoso, más solidario y entrañable.  Todas sus regiones -León, como Castilla, como Cataluña, como el País Vasco, como Andalucía, etc tienen ante sí otra tarea infinitamente más rica y creadora: hacer que cada día España, en sus diferentes pueblos y tierras, sea más equilibrada y armónica, y sus gentes profundicen la comprensión mutua, el sentimiento y el afecto de su común condición española.

 

Castilla nº 12 febrero-marzo 1981