martes, 9 de agosto de 2011

El Montseny estrena una moneda local


El Montseny estrena una moneda local
La experimentación de una nueva economía ecoregional
El deseo de potenciar una economía colaborativa, justa y ecológica es el motivo que ha comenzado a unir a los habitantes del Montseny con el propósito de restablecer lazos sociales de confianza que faciliten la comunicación y el intercambio. Estos son los principios que han dado lugar al nacimiento de la Eco Xarxa Montseny, una asociación de ciudadanos y ciudadanas que ha apostado por la creación de una moneda local: el ecoseny.
El origen de la iniciativa es bien reciente. Todo comenzó cuando, el pasado 4 de enero, veinticinco vecinos del macizo montañoso se reunieron en Can Bancell - una masía cercana a la población de Montseny- para establecer sinergias y fortalecer su conciencia ecoregional. Durante la reunión, presidida simbólicamente por una cocina solar, va a surgir la idea de comenzar a tejer una red que, por un lado, sirva de nexo de las iniciativas que ya funcionaban en la zona y, por otro, propicie la puesta en marcha de cinco proyectos interrelacionados.
Esta red emergente se define como un “movimiento social para el intercambio de productos y servicios y para la potenciación de la ecología y la creatividad de las personas”. Y sus cinco proyectos son estos: la creación de una cooperativa de consumo  que potencie los productos locales; la comercialización de estos productos a través de una red exterior de distribución que incluye la venta on-line; la creación de una red de Internet libre y sin hilos; la creación de una red de ecología y educación que colabore en la defensa del espacio natural del Montseny y, finalmente, la creación del ecoseny, una moneda social que propicie el funcionamiento de una red local de intercambio.
La energía siempre circula
El ecoseny comenzó a circular en forma de billete en la primera Feria de Intercambio que se celebró en la Costa del Montseny, una de las poblaciones más pequeñas de la zona, el pasado domingo 22 de marzo. La idea de introducir una moneda alternativa se debe a Dídac Sánchez-Costa, un sociólogo con una experiencia dilatada, adquirida en Chile, la Argentina y el Brasil: tres países en los que el fenómeno de las monedas paralelas adquirió un gran relieve a partir de 1995.
Actualmente, en muchos los lugares del mundo se han iniciado experiencias similares basadas en el intercambio multirecíproco. Y es que, a diferencia del trueque clásico, el uso de monedas locales permite establecer intercambios simultáneos entre distintas personas y con distintas escalas de valor. La diferencia esencial entre las monedas alternativas y el dinero oficial es que con las primeras no se puede especular y, por tanto, no tiene sentido acumularlas.
Por eso -como observa Dídac Sánchez-Costa- las monedas paralelas se convierten en una buena manera de conseguir que la energía positiva siempre circule en el espacio social. Y es que, en primer lugar, contribuyen a restablecer el sentimiento de comunidad al mismo tiempo que cuestionan la cruda mercantilización de las relaciones sociales desde su ámbito más genuino, que no es otro que el de la vida cotidiana.
La vinculación directa con la ecología y el principio de sostenibilidad de este proyecto comunitario, que tratará de extenderse a toda la ecoregión del Montseny a través de la labor pedagógica de la xarxa y la celebración de eventos locales, toma fuerza y actualidad por su relación con los propósitos de movimientos como el Decrecimiento o Transition Towns.
“Transition Towns”
Éste último movimiento ha tomado fuerza en los últimos años en el Reino Unido  a través de   pueblos y ciudades que, desde la iniciativa ciudadana e incluso municipal, han comenzado un proceso de transición hacia formas de vida más sostenibles que, entre otros propósitos, incluyen: la disminución de la huella ecológica, el descenso energético y el uso de energías alternativas o la relocalización  fomentando una economía de proximidad. Pequeñas ciudades como Totnes, Lewes o Brixton ya tienen su moneda local. Quién sabe, pues, si la nueva red ecoregional y el recién estrenado ecoseny son el inicio de un movimiento similar en Catalunya.
Alfonso López Rojo
Artículo publicado en el semanario Directa, nº 132, marzo de 2009, pág. 25

Moneda Social en Chile



Moneda Social en Chile
Noticias desde el otro lado de la Cordillera

El 7 de abril 2000 se inició la primera experiencia de multitrueque, impulsada por el Area de Economía Ecológica (Instituto de Ecología Política), en Santiago de Chile. La idea era replicar la experiencia argentina de la Red Global de Trueque, adaptándola a las características propias de este país. El nombre de la experiencia: "Permutando talentos para alcanzar la equidad", resume las principales ideas del proyecto: establecer una red de multitrueque, que promueva relaciones solidarias y de reciprocidad, como alternativa a las relaciones competitivas que caracterizan la economía de mercado. En este espacio alternativo, se plantea la posibilidad de empoderar a las personas, desarrollando sus capacidades emprendedoras y solidarias y sus múltiples talentos, que han sido desvalorizados por el mercado. Es por ello que hemos decidido llamar nuestros vales, "Talentos".
La iniciativa de Santiago ya se ha duplicado. Se creó un nodo en San Felipe, una ciudad pequeña al norte de Santiago, a principios de mayo y en Valparaíso, el famoso Puerto que está en el alma de todos los chilenos, este miércoles pasado. Tal como en Argentina, esta economía alternativa gira en torno a ferias que se realizan ya sea una vez a la semana, ya sea dos veces al mes, donde los participantes tienen la oportunidad de intercambiar sus productos, comer, escuchar música o enterarse de los servicios y cursos que se están ofertando. Se publica un boletín mensual que lista todos los bienes y servicios ofrecidos y demandados dentro del nodo, y los teléfonos de los miembros de manera de agilizar los intercambios más allá de la feria.
Si bien son cerca de 100 las personas inscritas en el nodo Ecocentro (Santiago), y cerca de 50 las del nodo Aconcagua (San Felipe), la participación en las ferias no supera las 25 a 40 personas. Esto es un de los problemas mayores que tenemos que enfrentar: la constancia (o falta de) en la participación de los miembros. Durante los tres primeros cuartos de hora de la feria, se inicia generalmente un tiempo de tertulia que permite tomar las decisiones referentes a la organización, exponer y debatir problemas, sugerir soluciones y darse a conocer a los otros miembros del nodo. Sin embargo la falta de constancia en la participación (no son nunca las mismas personas que llegan) y de retroalimentación dificultan la resolución de problemas o la emergencia de iniciativas que permitan ampliar los intercambios de los que ya participan o ampliar la red, conectándola a otras iniciativas de economía solidaria. También se observa una falta de constancia en los productos que se ofrecen, pocas son las personas que ofrecen productos realmente de calidad. Se observa una diferenciación importante entre las personas que son "productores" (y a menudo viven de ello en el mercado formal) y las personas asalariadas que no tienen ni el tiempo ni la creatividad para producir. El mercado ha confinado a estas últimas en meros "consumidores", atrofiando su papel de productor en la sociedad. Por supuesto esta situación está generando frustración entre los "productores" que no encuentren en qué "gastar" sus talentos.
A pesar de las dificultades (una de ellas siendo la época del año, este invierno es particularmente frío y lluvioso en Chile), las ferias son un momento muy entretenido, donde la gente lo "pasa" muuuuy bien y han permitido encuentros, amistades e intercambios más allá de los productos que circulan. Existe mucho entusiasmo acerca de la experiencia y ya se nos han pedido la presentación en varias partes, lo que permite replicar la experiencia a otros barrios. Varios cursos están funcionando en forma regular: inglés, francés, yoga, teatro de improvisación. Se han realizado un curso de compostaje y una charla de astronomía. También se han realizado varios intercambios entre los nodos de Santiago y de San Felipe. Está en los planes un viaje a Mendoza para conocer y aprender de la experiencia de nuestros vecinos.
Recuadro: cómo iniciamos el proceso
  • Se realiza una invitación a personas que podrían estar interesadas
  • Se pide en la invitación llevar productos para intercambiar este primer día
  • Se diseñan los vales que sirven para el intercambio, los "Talentos"
  • En la primera reunión, Francoise Wautiez realiza una presentación formal sobre el rol del dinero en la economía, los defectos de nuestro sistema de dinero, el porqué de esta iniciativa y se presenta un video de la televisión chilena sobre la experiencia de las Horas de Ithaca. El video está muy bien hecho y permite responder a muchas de las dudas de los invitados.
  • Se procede a la primera miniferia. Para ello, cada participante recibe 10 "Talentos" (un Talento equivale a 500 pesos chilenos o sea 1 $US, o un Credito) y llena una ficha con sus ofertas y demandas. La ficha está siempre a disposición para eventuales correcciones.
  • Los participantes exponen sus productos y se realizan los intercambios
  • Se decide un día regular para la feria

Como contactarnos:
El Instituto de Ecología Política tiene una página web, donde nos pueden encontrar, en el Area de Economía Ecológica. La dirección es: www.iepe.org
Nuestra dirección electrónica es: iep@reuna.cl (Heidi o Francoise), Johanachile@hotmail.com (Johana, nodo Aconcagua); itinerante@terra.cl (Cristián, nodo Quintin)
Titulo de experiencia: Permutando talentos para alcanzar la equidad
Tipo de proyecto: Establecimiento de una red de multitrueque
Mes/ano de lanzamiento: 7 de Abril 2000 (Nodo Ecocentro de Santiago de Chile), 7 de mayo (Nodo Aconcagua de San Felipe), 21 de junio (Nodo Quintin de Valparaiso)
Mensaje principal: Establecimiento de una red de multitrueque dentro de la cual promovemos la solidaridad, la reciprocidad, y el empoderamiento de las personas por el intermedio del desarrollo de los talentos y capacidades que tenemos.
Actores sociales involucrados: Hay una gran variedad de participantes dentro de la red (profesionales, estudiantes, pequeños productores…para nombrar algunos). La iniciativa misma nació dentro de la Programa de Economía Ecológica del Instituto de Ecología Política en Santiago.
Cantidad de participantes: Hasta esta fecha (Junio 2000) hay casi 100 personas inscritas en el nodo Ecocentro, cerca de 50 en el nodo Aconcagua y 15 en el recién nacido Nodo Quintin en Valparaíso.
Tipos de roles, actividades, o variedad de intervenciones: Además de las ferias del trueque, hemos realizado consisten en algunos talleres (compostaje), charlas (de astronomía), y clases (inglés, francés, yoga, teatro de improvisación).
Principales logros: Las ferias que se realizan son eventos muy entretenidos (y a veces, con muy buena comida) dentro de las cuales se han creado amistades, entusiasmo, y donde han nacido varias iniciativas, clases, y talleres. Se destaca una mayor accesibilidad a varias servicios que resultan ser muy caros en el mercado formal.
Principales dificultades:
  1. Falta de constancia en la participación por parte de la mayoría de los inscritos.
  2. Falta de comunicación por parte de los participantes en el desarrollo de soluciones de problemas.
  3. Dificultades en registrar/monitorear el flujo y circulación de "talentos" (dinero).
  4. Falta de abastecimiento consistente de productos de alta demanda y de alta calidad.
Pedidos específicos a los miembros de la red:
Se pide un respaldo en productos para inscribirse en el nodo. Un mínimo de compromiso de asistir a las ferias, siendo está una instancia de aprendizaje para luego poder duplicar la experiencia en su barrio.
Se requiere más iniciativa por parte de las personas, desde el uso de los servicios que se están ofreciendo hasta participar en la organización y generar iniciativas para ampliar el nodo.
Oferta especifica a los miembros:
El nodo Ecocentro ofrece el espacio, las mesas etc para realizar las ferias, una base de datos actualizada de los miembros, un boletín con las ofertas y demandas de los participantes, además de noticias sobre la red y anuncios sobre talleres o clases. También ofrece espacio y ayuda en la coordinación de talleres o cursos, contactos e información con lo que pasa en otros países. En un nivel más profundo, ofrecen la oportunidad de mejorar su calidad de vida mediante el acceso a productos y servicios, pasar momentos agradables en las ferias, vincularse más y conocer más gente del barrio.
Francoise Wautiez y Heidi Marchetti,
Un abrazo cariñoso a todos 

RED GLOBAL DE TRUEQUE ARGENTINA

 RED GLOBAL DE TRUEQUE ARGENTINA




 Red Global de Clubes de Trueque Multirrecíproco

(Bernal, Argentina, 1/5/1995)

Eduardo Troncoso, Consejero Internacional para el País Vasco y España

Teléfono: 909-434171

Fax: 943-130459 o 943-130396

trueque@eirelink.com

Información general sobre el Club del Trueque

¿Es posible hacer reparar el frigorífico sin pagar una peseta, pero ofreciendo a cambio el propio trabajo, sea comida macrobiótica, tartas, cuidado de niños o enfermos, clases de idiomas o una consulta ginecológica? Sí, es posible.
¿Se puede contratar un servicio de traducciones y abonar con productos de huerta, un tratamiento odontológico, con clases de solfeo, masajes o clases de informática? Sí, es posible.
El dinero condiciona seriamente nuestra realización plena como seres humanos. La ayuda recíproca debiera sustituir a la competencia estéril, el lucro y la especulación.
El Club del Trueque forma parte de una Red de autoayuda empresaria donde el objetivo no es el lucro, sino mejorar la calidad de vida. El trueque multirecíproco que practicamos es un sistema de intercambio sencillo e imaginativo mucho más evolucionado que el trueque recíproco de la antigüedad. En él, cada socio produce artículos o servicios y a la vez también consume lo que otros miembros del club ofrecen sin necesidad de usar dinero. El dinero es reemplazado por una herramienta de intercambio que en nuestro club se llama «NODINE» (no dinero), el cual es generado por uno mismo a través del propio trabajo y su valor inicial es equivalente a la moneda del mercado. Esto permite que grupos de personas de una misma región o de diferentes regiones y países intercambien bienes y servicios en un trato recíproco y amigable, con conciencia ecológica en donde todos salen ganando y ninguno pierde.
¿Ventajas? Comprar cosas o utilizar servicios sin meter la mano en el bolsillo.
Función del trueque: vincular a los productores con los consumidores sin tener que recurrir al dinero para sus transacciones. Y su finalidad es no sólo facilitar la inserción de la gente al mercado, sino también, que quienes ingresan tengan la oportunidad de capacitarse, crear su empresa, su propia producción, sin intermediarios y sin recurrir a préstamos bancarios, es decir, intentar un emprendimiento sin morir en el intento.
Problemas que se pueden presentar:
  1. Información errónea de las prestaciones del club: como ser expectativa de ganar dinero o conseguir trabajo. Es cierto que se logra una ocupación pero es uno mismo quien la ofrece, y no el club quien la da.
  2. Distorsiones personales o ideológicas incompatibles con la filosofía del sistema del club de trueque.
  3. Información insuficiente sobre los productos o servicios que ofrece el socio. Esto puede ocurrir porque el socio no supo transmitir o porque el C.C.A. (Círculo de Calidad y Autoayuda) no le prestó la debida atención. A veces se presupone que por poseer el socio un buen nivel intelectual o gran entusiasmo, ya sabe de qué se trata. Otras veces, el C.C.A. no sabe orientar al candidato para que descubra cuáles son sus mejores alternativas.
  4. Baja calidad del producto: presentación poco atractiva, incumplimiento de la entrega, poca variedad de bienes y servicios.
  5. Problemas derivados de la propia dinámica grupal: conflictos de poder, liderazgo, etc.

Principios

El Sistema de Trueque que practicamos se sostiene sobre tres columnas: la confianza, la reciprocidad, el sentido común y el no lucro. Este sistema, aún con toda su maravillosa posibilidad de amplitud y diversidad, con su naciente capacidad técnica para reconceptualizar la solución de muchos problemas, y a pesar de su diseño claramente propiciatorio de la participación comunitaria y la integración multicultural, puede ser como un cuerpo sin espíritu.
Lo que confiere espíritu a esta red de clubes, es el progresivo reconocimiento de ciertos principios universales involucrados en el proceso de desarrollo.
De esos principios fundamentales, el inicial es la aceptación de la unidad esencial del género humano sin discriminación de ningún tipo, es lo primero que debe circular por las arterias de la red en formación.
Su reconocimiento implica mucho más que la mera declamación o un modo de pensamiento. Implica una actitud resuelta, de la que se desprenderán acciones concretas tendentes a privilegiar el beneficio del conjunto de los seres humanos por sobre cualquier interés sectorial.
Esta reconceptualización de la vida queda claramente analizada por Floyd Watson: «Es efectivo, por regla general, que las ideas tienen consecuencias, por consiguiente, las ideas que el hombre tiene sobre el hombre, tienen las consecuencias más trascendentales de todas. De ellas, pueden depender los paradigmas de la cultura, el propósito de la educación, la concepción del futuro, la estructura del gobierno y los usos humanos o inhumanos de los seres humanos.»
Los principios son una guía para el mejor desarrollo de nuestras actividades, orientan sobre conductas y actitudes deseables respecto a una serie de temas básicos.
Estar en el sistema del trueque equivale a negociar bajo pautas éticas.
Como todo sistema basado en la confianza y la reciprocidad, puede ocurrir que algún miembro se sienta tentado por el tipo de red no vinculante para eludir los compromisos asumidos (por ejemplo no cumplir con lo pactado, emitir vales sin respaldo, falsificación).
La sanción ética a esta defraudación le llega de forma inmediata y multiplicada por el mismo concepto de red que pretende defraudar.
Quien falle adrede en los compromisos, o utilice el sistema con la sola finalidad de especular, puede ser observado por los miembros del club y retirado de las listas.

Pautas del Club del Trueque

  1. Nuestra realización plena como seres humanos no debería estar condicionada por el dinero.
  2. El bienestar común es la consecuencia del progreso del mayor número de personas en una sociedad.
  3. Los Clubes como tales no deberían tener otra filiación ni organizarse formalmente. Su propósito es autogestivo y no deliberativo.
  4. La ayuda recíproca debería sustituir a la competencia estéril, al lucro y a la especulación.
  5. Nuestros actos, productos y servicios deberían responder a normas éticas y ecológicas, antes que los dictados del mercado, el consumismo, y la búsqueda de beneficios a corto plazo.
  6. El único requisito para ser miembro es ser productor y consumidor (prosumidor) de bienes y/o servicios. Todo esto dentro del marco recomendado por los Círculos de Calidad y Autoayuda (C.C.A.).
  7. Cada miembro debería estar atento a la índole de sus actos, productos y servicios porque son de su total responsabilidad.
  8. La participación es libre, el pertenecer a un Club de Trueque no implica ningún vínculo de dependencia.
  9. Los Clubes deberían ser totalmente autónomos en cuanto a sus asuntos internos.
  10. Como miembros activos, no deberíamos respaldar, patrocinar o apoyar financieramente a una causa ajena a nuestro programa, pues podría desviarnos de nuestros objetivos iniciales.
  11. Es mejor atraer con el ejemplo, manteniendo discreción sobre nuestros asuntos.
  12. No deseamos promover productos o servicios sino ayudarnos mutuamente a alcanzar un sentido de vida superior mediante el trabajo, la comprensión y el intercambio justo.

Sugerencias para una mejor participación en el club

  1. Aprovechar integralmente los productos y servicios del club en el propio emprendimiento.
  2. Asociarse con otros miembros del club para llevar adelante iniciativas (empresas virtuales).
  3. Modificar hábitos de consumo.
  4. Cumplir con las responsabilidades asumidas hacia el club.
  5. Asistir a las reuniones grupales y brindar servicios.
  6. Consumir productos del club en el hogar.
  7. Regalar productos del club.
  8. Cobrar deudas con productos y servicios del club.
  9. Pagar deudas con productos del club.
  10. Capacitarse.
  11. Proponer iniciativas dentro del club.
  12. Acercar nuevos emprendimientos al club.
http://redglobaldetrueque.blogspot.com/2007/05/principios-de-la-red-global-de-trueque.html

Aviso para todos aquellos que pertenecen a algún club de trueque

Nos gustaría conseguir dos ordenadores por el sistema de trueque.
El número de telefono de contacto es 943-832223 preguntar por Eduardo ó Libe.

Usurocracia. El fabricante de dinero y el crédito social (Louis Even)

1. ¿QUÉ ES EL CRÉDITO SOCIAL? ¿PARA QUÉ?
Para una sociedad más justa y más cristiana
Para terminar con la pobreza espiritual y material
Por Louis Even
Hay muchas cosas buenas en un los países, pero el derecho para tener esas cosas, el permiso para obtenerlas, es lo que les falta a las personas y a las familias que los necesitan. ¿Falta otra cosa más que el dinero? ¿Qué más falta, a parte del poder de compra para que la producción pase de las tiendas a las casas?
1.1 EL DINERO NACE EN ALGUNA PARTE
Pero, ¿dónde comienza el dinero, el dinero que falta para tener los bienes que siempre están ahí?
Primera idea: hay una cantidad estable de dine­ro: ¡como si se tratara del Sol, de la lluvia o de la tem­peratura! Idea falsa. Si hay dinero, es que fue hecho en algún lado. Si no hay, significa que aquellos que lo fabrican, ya no hicieron más.
Segunda idea: cuando uno se plantea la cues­tión, uno piensa que el gobierno crea el dinero. Esta idea es también falsa. Los gobiernos de hoy no fabri­can el dinero. Ellos se quejan continuamente de no tener lo suficiente. Si lo fabricaran, no se cruzarían los brazos por diez, veinte, treinta años o una eter­nidad, en el momento que tuvieran de frente dicho problema de la escasez de dinero (y no tendríamos deuda nacional en ningún país). El gobierno estable­ce impuestos y realiza préstamos, pero no fabrica el dinero.
Nuestro nivel de vida, en un país donde falta el dinero, no está controlado por las cosas que existen alrededor nuestro, sino por el dinero que disponemos para comprar esas cosas básicas para vivir. “Aque­llos que controlan el dinero, controlan nuestro nivel de vida. Aquellos que controlan el dinero y el crédito se han vuelto los maestros de nuestras vidas… sin su permiso, nadie puede respirar.” (Pío XI, Encíclica Quadagesimo Anno)
1.2 DOS CLASES DE DINERO
El dinero, es todo aquello que sirve para pagar, comprar. Es un símbolo aceptado por toda la pobla­ción de un país para el intercambio de productos o servicios.
El material con que esté hecho el dinero, no tiene importancia. El dinero ha sido fabricado en la histo­ria de muchos materiales: de madera, de plata, de oro, de papel, de aleaciones de metales, etc. En el México prehispánico, el cacao, era el producto consi­derado para realizar las transacciones de productos y servicios.
Actualmente, tenemos dos clases de dinero en to­dos los países: el dinero de bolsillo, fabricado en metal y en papel; y el dinero vir­tual, que no es otra cosa que puras cifras creadas a partir del tecleo de una computadora. El dinero de bolsillo, es el menos im­portante, el dinero virtual, es el más importante.
El dinero virtual, es manejado por medio de las cuentas de banco. To­das las transacciones que se realizan por medio de cuentas de banco, utilizan el dinero virtual. Todas las cosas, se pueden com­prar o vender por medio del dinero virtual. El dinero de bolsillo circula o deja de circular, según las transacciones que se hagan en el mundo real. Pero los negocios, no dependen del dinero de bolsillo; éstos se mantienen por medio de las cuentas de banco de los hombres de negocios.
Con una cuenta de banco, uno compra o vende sin servirse del dinero de metal o papel. Uno compra con cifras.
Supongamos que tengo una cuenta de banco con $40,000. Compro un carro que cuesta $10,000. Yo pago con un cheque y el vendedor endosa dicho cheque y lo deposita en su banco.
El banquero entonces realiza cambios en dos cuentas: primero aquella del vendedor de carros, la misma que él incrementa en $10,000; luego la mía, la misma que disminuye $10,000. El vendedor de ca­rros tenía $500.000, él ahora tiene $510,000 regis­trado en su cuenta bancaria. Yo tenía $40.000 en mi cuenta y ésta ahora tiene un saldo de $30,000.
Como podemos ver, el dinero de papel o de me­tal no fue utilizado para dicha transacción. Y tampo­co fue creado por el gobierno del país. Yo pasé cifras a la cuenta del vendedor. Pagué con cifras. En pro­medio, nueve de cada diez transacciones, se realiza por medio del dinero virtual. El dinero de cifras, es el dinero moderno. Es el más abundante: hay diez veces más que el de bolsillo. Es el más confiable, el más seguro, nadie lo puede robar.

1.3 AHORRO Y PRÉSTAMO
El dinero de cifras, al igual que el dinero de bol­sillo, tienen un inicio. Pues el dinero virtual es una cuenta de banco que se torna existente el momento que se crea dicha cuenta, sin que el dinero disminu­ya ni de otra cuenta de banco, ni de otro bolsillo.
Hacemos que el dinero crezca en una cuenta de banco de dos formas: el ahorro y el préstamo.
La cuenta de ahorro es una transformación del dinero. Yo llevo dinero de bolsillo (billetes y monedas) al banquero y él aumenta las cifras correspondientes a mi cuenta. Yo ya no tengo más dinero de bolsillo, tengo dinero virtual, dinero de cifras a mi disposición. Puedo reobtener el dinero de bolsillo, disminuyendo el dinero de cifras. Simple transformación.
Pero lo que queremos es saber de dónde nace el dinero. La cuenta de ahorro, simple transformación, no nos interesa por el momento.
La cuenta de préstamo es la cuenta que el ban­quero abre para aquel que viene a pedir dinero. Su­pongamos que voy a establecer una manufactura nueva. No me falta otra cosa que dinero, así que voy con el banquero y le pido prestado US$100,000 so­bre garantía. El banquero me hace firmar las garan­tías, la promesa de rembolsar el dinero prestado con el interés. Así que el banquero me presta $100,000.
¿Me prestará esta cantidad en billetes? Yo no lo quiero así. Sería muy peligroso. Yo soy un hombre de negocios que no se arriesga. Lo que deseo es una cuenta bancaria con $100,000, lo que facilitaría para llevar a cabo el negocio.
El banquero va entonces, a poner en mi cuenta $100,000 como si yo hubiese venido a depositarlos al banco. Pero yo no los he traído. Yo he venido a pedirlos.
¿Es una cuenta de ahorro hecha por mí? No. Es una cuenta de préstamo creada por el banquero para mí.
1.4 EL FABRICANTE DE DINERO
Esta cuenta de $100,000 no fue hecha por mí, sino por el banquero. ¿Cómo la ha creado? ¿El di­nero del banco ha disminuido a raíz del préstamo de $100,000 que el banquero ha puesto en mi cuenta? Preguntémosle al banquero:
Sr. Banquero, ¿Tiene usted menos dinero en su bóveda después de haberme prestado $100,000?
– Yo no he ido a la bóveda.
¿Las cuentas de otros han disminuido?
– No, las cuentas de los otros clientes están intac­tas.
¿Qué ha disminuido en el banco?
– Nada ha disminuido
Sin embargo, mi cuenta de banco ha aumen­tado. ¿De dónde viene el dinero que me está prestando?
– No viene de ninguna parte
¿Dónde estaba cuando entré al banco?
– Simplemente no existía
Y ahora que está en mi cuenta, existe. Enton­ces, ¿acaba de venir al mundo?
– Ciertamente
¿Quién lo ha traído al mundo y cómo?
– Fui yo, por medio del tecleo de las cifras en mi computadora. Yo mismo he tecleado la cantidad de $100,000 a su crédito, como usted lo pidió.
Entonces, ¿usted crea el dinero?
– El banco crea el dinero de cifras, el dinero virtual, el dinero moderno, el cual, hace que se desarrollen los negocios.
El banquero fabrica el dinero, el dinero de cifras; así que es él quien hace préstamos a las cuentas de empresarios, particulares y gobiernos.
Cuando yo salgo del banco, hay en el país una nueva base de cheques aprobada por el banquero. El monto total de todas las cuentas en el país fue incrementado por $100,000. Con este dinero nuevo, yo puedo pagar a mis trabajadores, comprar maqui­naria, etc. ¿Entonces quién fabrica el dinero nuevo?: El banquero.
1.5 EL DESTRUCTOR DEL DINERO
El banquero, y el banquero solo, crea esta clase de dinero: el dinero de escritura, el dinero del que depende el desarrollo de los negocios. Pero el no regala el dinero que él crea. Lo Presta. Lo presta por un cierto tiempo, y después de cumplido ese lapso de tiempo, hay que reembolsarlo.
El banquero reclama el interés sobre este dinero que ha prestado. En mi caso, es probable que me re­clame $15,000 de interés, de los $100,000 que pedí prestados. Él va a retener el monto de interés como garantía de préstamos y yo saldré del banco con una cuenta neta de $85,000, después de haber firmado un compromiso que dice que tendré que regresar los US$100,000 a la vuelta de un año.
Si realizo mi nuevo proyecto, tendré que pagar a los trabajadores compararé cosas, y de esta manera extenderé mi cuenta bancaria de $85.000 alrededor del país.
Al término de un año, será necesario que tenga ganancias, que vendrán de la venta de mis bienes por un precio superior del que me costó a mí, yo de­beré incrementar mi cuenta en una cantidad no infe­rior a $1000.000.
Al final del año, voy a rembolsar el dinero que pedí prestado y el banquero va a cancelar mi deu­da. Este dinero no lo meterá a la cuenta de ninguna persona. Nadie podrá retirar este dinero. Este es el dinero muerto.
Aquel que presta, crea el dinero. El que reem­bolsa, lo hace morir. El banquero crea el dinero y lo pone en circulación en el mundo. El banquero pone el dinero en el ataúd cuando se reembolsa el dine­ro. Entonces, el banquero también es el destructor del dinero. En este sistema de bancos, el reembolso debe ser mayor que el préstamo; las cifras del dinero muerto, deben ser mayores que las del dinero crea­do: la destrucción debe sobrepasar la creación.
Esto parecería imposible y colectivamente es im­posible. Si por ejemplo, yo tengo éxito alguien debe ir en bancarrota, debido a que todos juntos no estamos en capacidad de compensar con más dinero del que fue hecho. El banquero no crea nada sino solamente una suma de capital. Nadie crea lo que es necesario para pagar el interés, porque nadie más crea el dine­ro. Y sin embargo, el banquero exige tanto el capital, como el interés. Tal sistema no puede mantenerse sino para un continuo y siempre incrementado flujo de préstamos. De ahí que tengamos un régimen de deudas y la consolidación del poder dominador de los bancos.

1.6 LA DEUDA NACIONAL
El gobierno no crea el dinero. Cuando el gobierno ya no puede imponer impuestos ni pedir prestado a los individuos, debido a la escasez de dinero, el gobierno pide préstamos a los bancos.
Esta operación de prés­tamos de los gobiernos a los bancos, pasa exacta­mente de la misma manera que conmigo. La garantía, es todo el país; la promesa para rembolsar, es la obligación. El préstamo del di­nero, es una cuenta hecha por medio del tecleo de cifras en una computadora.
Podemos citar un ejemplo. Así, en 1939, el go­bierno federal del Canadá con el propósito de cubrir los gastos iniciales de la guerra, solicitó unos ochen­ta milones a los bancos. Los bancos le prestaron al gobierno y abrieron una cuenta por ochenta millones sin descontar un centavo a nadie, de esta manera le entregaron al gobierno una base nueva de cheques por la suma de ochenta millones.
Pero en octubre de 1941, el gobierno tuvo que retribuir ochenta y tres millones doscientos mil a los bancos, incluyendo tanto el capital como los intere­ses.
A través de impuestos, el gobierno tuvo que reti­rar del país tanto dinero como había gastado, ochen­ta millones. Pero además, tuvo que girar del país unos tres millones adicionales, dinero que no había puesto al servicio de país, que no había sido hecho ni por los banqueros ni por nadie más.
Aún reconociendo en el mejor de los casos que el gobierno pueda encontrar el dinero que existe, ¿cómo podría encontrar el dinero que nunca fue creado?
El hecho simplemente es, que el gobierno no lo encuentra. Es simplemente añadido a la deuda nacional. Esto explica porqué la deuda nacional se incrementa en la misma medida en que el desaro­llo del país requiere más dinero. Todo dinero nuevo nace como deuda, a través de los bancos, quienes reclamarán más dinero del que en realidad emitie­ron.
¡Y la población del país se encuentra colectiva­mente endeudada por la producción y servicios que ella misma produce! Es el caso para la producción de las guerras. Es el caso también para la producción en tiempos de paz: creación de carreteras, puentes, acueductos, escuelas, y demás infraestructura para el país.
1.7 EL DEFECTO MONETARIO
La situación se resume en esta cuestión inconce­bible: todo el dinero que se encuentra en circulación, no ha venido de otro lugar, más que de los bancos. El dinero de metal y papel, no pueden estar en circu­lación, si no ha sido liberado por los bancos.
El banco pone el dinero en circulación solamente por medio de préstamos a un cierto interés. Lo que quiere decir que todo el dinero en circulación pro­viene de los bancos y debe algún día regresar a los bancos algún día, incrementado con el interés.
El banco es el propietario del dinero. Nosotros somos los que solicitamos préstamos. Si alguien puede sostener su dinero por un largo período de tiempo, o aún permanentemente, otros sin embar­go necesariamente están en incapacidad de cumplir con sus compromisos financieros.
      Una multiplicidad de bancarrotas, tanto de indivi­duos como de compañías, hipotecas tras hipotecas, y una deuda pública que siempre va en incremento, son los frutos naturales de tal sistema.
Reclamar interés sobre el dinero a medida que éste se crea es tanto ilegítimo como absurdo, antiso­cial y contrario a la buena aritmética. El defecto mo­netario es por consiguiente, tanto un defecto técnico como un defecto social.
A medida que el país se desarrolla tanto en pro­ducción así como en población, se necesita más di­nero. Pero es imposible obtener dinero nuevo sin la contratación de una deuda que, colectivamente, no puede ser pagada.
De manera que nos quedan las alternativas ya sea de detener el desarrollo o adquirir deudas; de hundirnos en desempleo masivo o en una deuda que no se puede pagar. Y es precisamente este dilema el que está siendo sometido a debates en cada país.
Aristóteles y luego Santo Tomás de Aquino, es­cribieron que el dinero no reproduce más dinero. Pero el banquero crea el dinero únicamente con la condición de que reproducirá más dinero. En vista que ni gobiernos, ni individuos crean dinero, nadie crea el interés que reclama el banquero. Aún lega­lizado, el sistema de todo este asunto permanece vicioso e insultante.
1.8 DECADENCIA Y DEGRADACIÓN
Esta manera de crear el dinero de un país, por medio de forzar tanto a los gobiernos como a los in­dividuos a que se encuentren endeudados, estable­ce una dictadura real sobre gobiernos e individuos igualmente.
El gobierno soberano se ha vuelto signatario de deudas de un pequeño grupo de acaparadores. El ministro ó el gobernador, que representa a millones de hombres, de niños, firma deudas impagables. El banquero, quien representa a un grupo interesado en obtener ganancias y dominar, fabrica el dinero del país.
Un aspecto muy importante que toca el Papa Pío XI, sobre el tema de la decadencia, es el siguiente: “Los gobiernos se han rendido a sus nobles funcio­nes y se han convertido en los sirvientes de intere­ses privados”.
El gobierno, en lugar de guiar al Estado, se ha convertido simplemente en un recaudador de im­puestos; y una gran tajada de las rentas públicas por impuestos, la tajada más “sagrada”,fuera de cual­quier discusión, es precisamente para pagar el inte­rés de la deuda nacional.
Más aún, la legislación consiste, sobre todo, en imponer impuestos a la gente y erigir en todo lado, restricciones a la libertad. Estas son leyes para ase­gurar que los creadores del dinero sean compensa­dos. No existen leyes para prevenir al ser humano el morirse debido a una pobreza extrema.
En cuanto a los individuos, la escasez de dinero desarrolla en sus propios hogares una mentalidad de lobos. Frente a la abundancia, solamente aquellos que tienen el muy escaso símbolo de bienes, dinero, tienen el derecho de girar sobre esa abundancia. Por consiguiente, tienen derecho a la competencia, la ti­ranía del “jefe”, contienda doméstica, etc.
Un pequeño grupo maneja a los otros; gran can­tidad de gente gime, muchos en la más degradante pobreza.
1.9 CONTROL SOCIAL DEL DINERO
Es San Luis, rey de Francia, quien decía: “El pri­mer deber de un rey es acuñar dinero cuando sea necesario para la vida económica sólida de sus go­bernados.”
No es del todo necesario, tampoco se debe re­comendar, que los bancos sean abolidos o naciona­lizados. El banquero es un experto en contabilidad e inversión; muy bien puede continuar recibiendo e invirtiendo los ahorros con ganancias, tomando su parte de las ganancias. Pero la creación de dinero es un acto de soberanía que no debería dejarse en manos de un banco. La soberanía debe ser retirada de las manos de los bancos y devuelta a la nación.
El dinero de cifras es una buena invención mo­derna, que debemos tomar. Pero en lugar de tener su origen bajo el régimen de un sujeto privado, en forma de deuda, estas cifras deberían venir de un or­ganismo monetario nacional, en una forma de dinero destinado para servir a la gente.
Debemos dejar de sufrir privaciones que se pre­sentan en todos los países, para tener la facilidad económica en cada hogar. El dinero será creado después de conocer la capacidad de producción y de servicios que la población puede ofrecer; y des­pués de conocer los deseos de los consumidores de frente a los bienes útiles posibles.
Por lo tanto, nada debe voltearse en el campo de la propiedad o la inversión. No debe existir la ne­cesidad de abolir el dinero actual y reemplazarlo con otros tipos de dinero. Todo lo que se necesita es que un organismo monetario social añada suficiente del mismo tipo de dinero a los dineros que ya existen, de acuerdo con las posibilidades del país y con las necesidades de la población. Uno debe parar de su­frir privaciones cuando existe todo lo necesario en el país para proporcionar comodidad a cada hogar.
La cantidad de dinero debe medirse de acuerdo con la demanda de los consumidores por los bienes útiles y posibles.
Por lo tanto, los productores y consumidores en conjunto, toda la sociedad, la cual al producir bienes frente a las necesidades, deberán determinar la can­tidad de dinero nuevo que un organismo, actuando en nombre de la sociedad, deberá poner en circula­ción de tiempo en tiempo, de acuerdo con el desa­rrollo del país. Así la gente recuperará su derecho a vivir, su plena vida humana, de acuerdo con los recursos del país y las grandes posibilidades moder­nas de producción.
1.10 ¿PARA QUIÉN EL DINERO NUEVO?
Por lo tanto, el dinero deberá ser puesto en circu­lación de acuerdo al nivel de producción y según lo dicten las necesidades de distribución.
Pero, ¿a quién le pertenece este nuevo dinero cuando entre en circulación en el país? – Este dine­ro pertenece a los mismos ciudadanos. No le perte­nece al gobierno, que no es el dueño del país, sino solamente el protector de un bien común. Tampoco pertenece a aquellos que se hacen cargo de los or­ganismos monetarios nacionales, como los jueces, quienes realizan una función social y son pagados estatutariamente por la sociedad por los servicios que proporcionan.
¿A cuáles ciudadanos? – A todos. Este dinero no es un salario. Es una inyección de dinero nuevo en­tre la población, para permitir al público consumidor adquirir bienes que ya han sido hechos o que sean fácilmente realizables, los mismos que están espe­rando solamente el poder adquisitivo suficiente para poner a esta producción en movimiento.
Con toda imparcialidad, no hay otro camino más justo de poner este dinero nuevo en circulación, que por medio de la distribución equitativa entre todos los ciudadanos sin excepción. La participación también hace posible que se logre el máximo beneficio del dinero, ya que llega a cada rincón de la tierra.
Cada vez que se deba aumentar el dinero del país, cada hombre, cada mujer, cada niño, recién na­cido, tendrá así, su parte de la nueva etapa de pro­greso que proporciona el dinero nuevo necesario.
No es un salario por un trabajo realizado, es un dividendo para cada uno. Es su parte de un capital común: El Crédito Social. Si hay propiedades priva­das, hay también bienes comunes, que a todos les pertenecen bajo el mismo título.
1.11 RESULTADO: EL ORDEN ESTABLECIDO
¿Cuál será, el efecto después de esta reforma financiera con el Crédito Social? De una manera general, a corto plazo, se tendría el establecimiento del orden financiero, y por consiguiente, el político y social.
En el orden de superioridad entre las cosas crea­das, el hombre viene inmediatamente después de Dios y de sus Ángeles. El dinero, al igual que cual­quier cosa sin inteligencia, viene después y debe es­tar sujeto al hombre.

Usurocracia. El Crédito Social (Louis Even)


http://www.michaeljournal.org/LaIsla.htm




El Crédito Social
El dinero ajustado a la realidad
El dinero de Martín, en la Isla de los Náufragos, ningún valor hubiera tenido si no hubieran tenido ningún producto allí, en la isla. Aunque su barril hubiera estado de veras lleno de oro, ¿qué es lo que hubieran podido comprar con este oro en una isla sin productos? Oro, o papel-moneda o cualesquiera cifras del libro de Martín, nada hubiera podido mantener a nadie sin productos alimenticios. Lo mismo en cuanto a ropas y todo lo demás.
Pero, en la isla, había productos que procedían de los recursos naturales de la Isla y del trabajo de la pequeña comunidad. Esa misma riqueza que era lo que daba valor al dinero no era propiedad personal del banquero Martín sino que pertenecía a los habitantes de la isla.
Martín les tenía endeudados por todo aquello que les pertenecía. Lo entendieron bien en cuanto conocieron el Crédito social. Entendieron que cualquier dinero, cualquier crédito se basa en el crédito de la misma sociedad y no en la actuación del banquero; que el dinero debía ser suyo en el momento cuando empezaba a ser creado, entonces, que debía serles entregado, repartido entre ellos sin perjuicio, que debía circular a continuación de los unos a los otros según el vaivén de la producción de los unos y de los otros.
Desde entonces, el problema del dinero se volvió para ellos lo que es esencialmente: una cuestión de contabilidad.
Lo primero que se exige en una contabilidad es que sea exacta, conforme con lo que expresa.
El dinero debe ser conforme con la producción o la destrucción de riqueza, seguir el movimiento de la riqueza: producción abundante, dinero abundante; producción fácil, dinero fácil; producción automática, dinero automático; gratuidad en la producción, gratuidad en el dinero.
El dinero para la producción
El dinero debe estar al servicio de los productores según lo necesitan para movilizar los medios de producción.
Todo ello es posible puesto que fue una realidad, de la noche a la mañana, en cuanto estalló la guerra en 1939. De repente acudió el dinero que tanto faltaba por todas partes desde hacía diez años. Y durante los seis años de guerra, no hubo ningún problema de dinero para financiar toda la producción posible y necesaria.
El dinero pues puede estar, y debe estar, al servicio de la producción pública o privada con la misma fidelidad que cuando estuvo al servicio de la producción de guerra. Todo aquello que resulta físicamente posible para responder a las necesidades legítimas de la población debe volverse posible financieramente.
Esto sería el fin de las pesadillas de los cuerpos públicos. Y sería el fin del desempleo y de las privaciones que acarrea mientras queden cosas por hacer para responder a las necesidades públicas o privadas de la población.
Todos capitalistas — Dividendos para cada uno
 El Crédito Social preconiza para todos el reparto periódico de un dividendo. O sea una cantidad de dinero abonada cada mes a cada persona, cualquiera que sea su oficio, así como el dividendo abonado al capitalista incluso cuando no trabaja personalmente.
Se conoce que el capitalista que invierte dinero en una empresa tiene derecho a una renta, que se llama dividendo. Otros son quienes utilizan dicho dinero: se les paga en salarios. Pero el capitalista saca su renta únicamente de la presencia de su capital en la empresa. Si también trabajase en la empresa, tendría dos rentas: un salario por su trabajo y un dividendo por su capital.
Ahora bien, el Crédito Social considera que todos los miembros de la empresa son capitalistas. Todos poseen juntos un capital real que contribuye mucho mas a la producción que el capital invertido o el trabajo de los empleados.
¿Cuál es ese capital común?
Son primero las riquezas del país que no han sido producidas por nadie sino que son un regalo de Dios para quienes viven en dicho país. También es el conjunto de las invenciones, de los conocimientos, descubrimientos, de los perfeccionamientos de las técnicas de producción, de todo el progreso adquirido, acumulado, engrandecido y transmitido de una generación a otra. Es una herencia común, ganada por las generaciones pasadas y que nuestra generación utiliza y sigue engrandeciendo para pasarla a la siguiente. No es la propiedad exclusiva de nadie sino un bien común por excelencia.
Y ahí esta el mayor factor de la producción moderna. Que sólo se suprima la fuerza motriz del vapor, de la electricidad, del petróleo — invenciones de los tres últimos siglos — y vaya a ver lo que sería la producción total incluso con mucho más trabajo de todos los efectivos obreros del país y con mucho más horas.
Sin duda alguna, aún se necesitan productores para dar un rendimiento al capital y por este rendimiento están recompensados por su salario. Pero el mismo capital debe tener valor de dividendos para sus propietarios, es decir para todos los ciudadanos ya que todos son igualmente coherederos de las generaciones pasadas.
Siendo ese capital común el mayor factor de producción moderno, el dividendo debería bastar para proporcionar a cada hombre por lo menos lo que necesita para mantenerse. Luego, al paso que la mecanización, la motorización, la automatización desempeñan un papel cada día más importante en la producción, con cada vez menos trabajo humano, la parte repartida por el dividendo debería llegar a ser mayor.
He aquí otra manera de enfocar el asunto de la distribución de la riqueza que no es la de hoy en día. En lugar de dejar vivir a los unos miserablemente y de poner impuestos a los que se ganan la vida para ayudar a quienes ya no contribuyen a la producción, a cada uno le tocaría una renta básica: el dividendo. Sería un mejor reparto desde el origen.
También sería al mismo tiempo un medio bien adecuado a las grandes capacidades productivas modernas para concretizar el derecho de cada ser humano a gozar de los bienes materiales que es un derecho que cada hombre saca del solo hecho de su existencia, un derecho fundamental e imprescriptible que el papa Pio XII recordaba en su radio-mensaje del 1 de Junio de 1941:
“Los bienes creados por Dios han sido creados para todos los hombres y deben estar a la disposición de todos, según las normas de la justicia y de la caridad. Cualquier hombre como ser humano dotado de razón tiene de hecho dado por la naturaleza el derecho fundamental a usar de los bienes materiales de la tierra. Tal derecho no podría suprimirse de ningún modo ni siquiera ser sustituido por otros derechos verdaderos y reconocidos sobre los bienes materiales.”
Un dividendo para todos y para cada uno: ésta es la formula económica y social más resplandanciente que se haya propuesto jamás a un mundo cuyo problema ya no es producir sino repartir lo producido. 
Que no sea un partido político
 Muchos son los que, en varios países, han visto en el Crédito Social de Douglas lo mejor que se ha propuesto jamás para servir a la economía de abundancia moderna y para poner los productos al servicio de todos.
Queda por hacer que se admita esta concepción de la economía para que llegue a ser una realidad.
Desgraciadamente, en el Mundo, los políticos han estropeado las dos palabras “Crédito Social”, empleándolas para designar un partido político. Es el mayor perjuicio jamás hecho a la comprensión y a la expansión de la doctrina de Douglas. Y esto llegó a ser una causa de confusión y de desconfianza. Muchas personas no quieren oír hablar del crédito social porque ven en él un partido político y han dado ya su aprobación a otro.
Ahora bien, el crédito social, comprendido en toda su autenticidad no es de ningún modo un partido político. Es precisamente todo lo contrario. El mismo fundador de la escuela creditista, C. H. Douglas, conocía mejor la propia doctrina que cualquiera, sobre todo mucho mejor que los cabecillas engreídos que quieren aprovecharse de la idea superficial que tienen de él para abrirse camino en las esferas políticas. Pues, Douglas ha dicho que había una total incompatibilidad entre Crédito Social y política electoral. Son dos términos que se excluyen el uno al otro por su índole, sus fines, sus causas, su inspiración.
Los principios del Crédito Social descansan en una filosofía. Y es esta filosofía la que da la prioridad a la persona sobre el grupo, sobre las instituciones, sobre el mismo gobierno. Cualquier actividad hecha en nombre del auténtico Crédito Social debe ser una actividad al servicio de las personas.
Es una causa muy distinta la que anima y orienta las actividades de un partido político.
La primera meta de cualquier partido político, que sea antiguo o nuevo, es conquistar o guardar el poder, llegar a ser o seguir siendo el grupo que gobierne el país. Se trata de la búsqueda del poder por un grupo.
El Crédito Social, por lo contrario, enseña que el poder debe ser repartido entre todos: el poder económico, bajo la forma de un dividendo periódico que le permita a cada individuo hacer pedidos dentro de la producción de su país; el poder político, haciendo, del Estado y de los gobiernos de todos niveles, cosa de las personas y no, las personas, cosa del Estado.
El gobierno es lo que interesa a los partidos políticos mientras que la persona, el desarrollo de la persona es lo que interesa al auténtico creditista.
La política de partido lleva a los ciudadanos a la abdicación de su responsabilidad personal, poniendo el partido toda la importancia sobre la votación, sobre un acto de unos segundos que el ciudadano cumple escondido detrás de una cortina, después de haberse empapado del guiso electoral durante cuatro semanas.
El Crédito Social, por lo contrario, enseña a los ciudadanos a hacerse responsables tanto en política como en lo demás y en todo momento, siendo conciencia y vigilancia de los gobiernos, gritando la verdad y denunciando las injusticias sin tregua ni descanso en cualquier parte donde se encuentren.
Cualquier partido político contribuye a dividir al pueblo, luchando los partidos los unos con los otros en busca del poder. Ahora bien, toda división debilita: un pueblo dividido, debilitado no se hace servir bien.
La doctrina del Crédito Social, por lo contrario, hace a sus ciudadanos conscientes de sus aspiraciones fundamentales comunes a todos. Un movimiento creditista auténtico enseña a los ciudadanos a unirse en las peticiones que todos aprueban, a presionar a los del gobierno, cualquiera que sea el equipo que esté en el poder. Por eso el periódico “San Miguel” (en francés, “Vers Demain” — “Hacia el mañana”) — del que se han sacado estas líneas — recomienda en política la presión del pueblo agrupado fuera de los parlamentos pero presionándolos con el fin de que los hombres elegidos por el pueblo hagan leyes conformes a la doctrina del Crédito social.
Para hacer prevalecer ideas tan grandes como la concepción creditista de la economía, no se necesitan políticos ávidos de ufanía ni de dinero sino apóstoles que se entregan a su tarea sin cálculos sin tener más miras que el triunfo de la verdad y un mundo mejor para todos, apóstoles despegados de cualquier recompensa aquí en este mundo, haciendo todo lo posible por la causa abrazada y confiando en Dios por todo lo demás.
El periódico “San Miguel” trabaja para formar tales apóstoles y presenta sus objetivos, sus actividades y sus realizaciones.
Louis EVEN